Claudia Vargas, mujer del opositor nicaragüense Roberto Samcam: "El mensaje del sandinismo es que no se está seguro en ningún lugar"
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Cuatro meses después del asesinato en Costa Rica de Roberto Samcam, ex mayor del Ejército de Nicaragua y opositor del régimen sandinista con nacionalidad española, su viuda, la socióloga Claudia Vargas, sigue "resistiendo". Lo hace con serenidad, pero con el peso de una denuncia que atraviesa fronteras e ideologías. En conversación con EL MUNDO, Vargas repasa la vida y las convicciones de quien fue primero un militar "que buscaba paz" y luego un disidente perseguido, exiliado y asesinado en circunstancias que apuntan a una operación política. Confía en el sistema de justicia costarricense, cuestiona el silencio y advierte que el brazo del poder nicaragüense ya no conoce límites. "Ya no nos pueden quitar nada más", asevera.
- ¿Confía en la investigación en Costa Rica?
- Confío en el Poder Judicial de Costa Rica. Confío en el Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Celebro las palabras del fiscal general, Carlos Díaz. Cuando hablan y reconocen que el crimen de Roberto es un crimen político, que tiene trazas transnacionales; cuando hablan de la complejidad del caso y dicen que se ha enlazado con el crimen organizado. Nos reivindican a toditos los exiliados porque saben que hay patrones similares en otros atentados. El reconocimiento es una parte fundamental que necesitamos todos los nicaragüenses. El perfil de Roberto es tan mediático que ha ejercido esa presión para dar una respuesta más rápida.
- ¿Sigue viva la voz de Roberto en su denuncia?
- Creo que nunca antes ha estado tan viva la voz de Roberto como ahora. Es una herencia que me dejó y que asumo con mucha coherencia, porque la voz de Roberto es una voz muchísimo más grande que la mía.
- El papel del Ejército y del Frente Sandinista parece evidente en varios asesinatos dentro y fuera de Nicaragua. ¿Cree entonces que ya se pueden señalar a los responsables intelectuales?
- Para nosotros los exiliados, para Nicaragua entera, para los que estamos refugiados en algún lugar del mundo, no nos cabe la menor duda de que este es un crimen de Estado transnacional, y que detrás está la dictadura y el Ejército. El patrón que se usó, la desfachatez con la que se llega a matar a Roberto hasta nuestra casa. En cuanto a técnica, el perfil. Hay un escalamiento. Se venía ensayando con otros activistas. Llegar hasta la puerta de tu casa significa que hubo recursos, vigilancia, Inteligencia. Y no es una Inteligencia cualquiera. Es Inteligencia militar. Estábamos bajo vigilancia. Sabían lo que hacían. No fue un asesinato en la calle. Lo atraparon en casa. Y tenían que hacerlo rápido ya que Roberto pasaba muchos períodos fuera de Costa Rica. Eso es Inteligencia pura. Pero debe ser el OIJ y el Poder Judicial de Costa Rica quienes deben llegar hasta ese perfil, hasta los perpetradores. El fiscal ya ha dicho que la única línea de investigación que tienen abierta en el caso de Roberto es la política, aunque la dictadura inventa noticias para desviar la atención.
- Con la influencia de Daniel Ortega y Rosario Murillo extendiéndose incluso fuera del país, ¿qué valor tienen hoy la denuncia y el silencio?
- Es importante en primer lugar que veamos este esquema represivo como una extensión de la represión que se está viviendo en Nicaragua; no es un hecho aislado. Se reprime en Nicaragua y se reprime también en otros países como Costa Rica y Honduras. Mientras estaban asesinando a Roberto, se estaba reprimiendo, hubo un repunte represivo, específicamente en Carazo [departamento de donde es originario Samcam]. Hubo premiaciones también para miembros del Ejército y la Policía. El exilio ha tomado una portavocía muy importante y necesaria. Para el régimen es necesario detener entonces a la sociedad civil de afuera, aunque no lo logran todavía.
- ¿Se siente segura viviendo en Costa Rica?
- Nadie está seguro en ningún lugar. El mensaje es que no se está seguro en ninguna esquina del mundo. El caso de Roberto me ha dado mucha visibilidad. Pero tengo un esquema de protección importante.
- Roberto fue nacionalizado por España. ¿Ha mostrado el Estado español algún interés en el caso?
- El Estado español no se ha pronunciado hasta el momento de manera pública. Pero sí de manera personal. En las oficinas judiciales de Costa Rica ya ha estado la ex embajadora de España [Eva Felicia Martínez Sánchez].
- En su momento mencionó que Roberto tenía reuniones frecuentes con agentes de Inteligencia costarricense. ¿Qué sabía él -y qué sabe usted- sobre la presencia de células sandinistas en Costa Rica?
- Unos meses antes del asesinato de Roberto se publicó un documental en el que él denunciaba la presencia de estas células, que están operando desde la embajada de Nicaragua. Todo el tiempo entra y sale gente de Costa Rica. La Inteligencia costarricense estaba advertida.