El viaje de Putin a la India para vender más petróleo y armas a Modi

Dec 4, 2025 - 12:00
El viaje de Putin a la India para vender más petróleo y armas a Modi

Vallas publicitarias con retratos conjuntos de Narendra Modi y Vladimir Putin lucen por muchos barrios de Nueva Delhi. Hay banderas de India y Rusia por todos lados. La capital de la India lleva toda la semana preparándose para recibir la primera visita del presidente ruso desde que lanzó su invasión a gran escala de Ucrania en 2022. Una buena oportunidad para medir el pulso de los complejos equilibrios diplomáticos del primer ministro Modi entre sus tradicionales aliados de Moscú y Washington.

Putin aterrizó este jueves en Nueva Delhi para cerrar con Modi, quien lo recibió en el aeropuerto, varios acuerdos comerciales y la venta armas de fabricación rusa, desde cazas hasta misiles de defensa aérea.

También hay otro asunto prioritario en las discusiones: la manera en la que India puede sortear sanciones y aranceles de Estados Unidos para continuar comprando petróleo ruso. Moscú necesita ese apoyo económico indio para seguir alimentando su maquinaria de guerra mientras que la India, el país más poblado del mundo, siempre está hambrienta de energía.

Antes de la guerra en Ucrania, el régimen ruso apenas suministraba el 2% de las importaciones de petróleo de la India, en comparación con el 35% actual. "Tenemos que proteger nuestro comercio de la presión extranjera", ha sido el mensaje trasladado del Kremlin a Nueva Delhi estos últimos meses.

Antes de partir hacia la capital india, Putin concedió una entrevista a la cadenaIndia Today, que emite en inglés, en la que abordó la guerra en Ucrania. "Rusia se apoderará del Donbás, así como de las regiones del sur y el este de Ucrania, de una forma u otra", advirtió el presidente ruso.

La cesión de la región ucraniana del Donbás fue uno de los puntos del plan de 28 puntos preparado por el equipo de Trump, el cual generó críticas de funcionarios ucranianos y europeos. "Todo se reduce a esto. O liberamos estos territorios por la fuerza de las armas, o las tropas ucranianas los abandonan y dejan de combatir allí", sentenciaba Putin.

El líder ruso ha viajado a la India acompañado por una amplia delegación integrada por nueve ministros de su gabinete y varios directores ejecutivos de empresas estatales. Tras una cálida y colorida bienvenida y una cena privada con Modi, la jornada importante es el viernes con una cumbre bilateral formal.

Un artista da los últimos retoques a un cuadro de Vladimir Putin en Amritsar para recibir al presidente ruso.

Un artista da los últimos retoques a un cuadro de Vladimir Putin en Amritsar para recibir al presidente ruso.Narinder NANUAfp

El ruso y el indio cerrarán un nuevo acuerdo de compra de armas por parte del Gobierno de Modi, desde sistemas de defensa antiaérea S-400, aviones de combate Sukhoi-57 de quinta generación y pequeños reactores nucleares modulares, más seguros, baratos y útiles para reemplazar a centrales de carbón. Nueva Delhi es, con diferencia, el mayor comprador internacional de armas rusas. Se espera que Putin y Modi firmen el viernes múltiples acuerdos comerciales y de Defensa.

Bloombergpublicó el jueves que la India había cerrado también un acuerdo para comprar submarinos rusos por 2.000 millones de dólares. El Gobierno de Modi desmintió la información señalando que no se trata de ningún "nuevo acuerdo", sino de un contrato de arrendamiento ya existente que se firmó en 2019, cuya entrega estaría programada para 2028. Según la nota de Bloomberg, funcionarios indios visitaron un astillero ruso en noviembre para revisar el progreso de la planta de producción de submarinos.

Los medios locales dicen que la India espera que el sumergible se incorpore a su Armada estrictamente con fines de entrenamiento y sin posibilidad de despliegue en combate activo. Delhi ya habría devuelto previamente un submarino nuclear ruso arrendado por 10 años después de que su contrato finalizara en 2021.

La India se ha agarrado con fuerza a una tradicional postura de "no alineación" con ningún bloque, algo que ya abrazó durante la Guerra Fría. Es decir, que ha continuado haciendo malabarismos entre Washington y Moscú sin inclinarse más hacia ninguno de los dos lados. Y esto al presidente estadounidense, Donald Trump, no le ha hecho ninguna gracia.

EEUU ha estado en los últimos meses apretando comercialmente a Nueva Delhi como a ningún otro aliado. Trump nunca ha escondido la principal razón de su ensañamiento: la India se está hinchando a comprar petróleo a Rusia desde las sanciones internacionales contra Moscú por el ataque a Kiev. En verano, Washington impuso a Nueva Delhi un arancel adicional del 25%, que se sumaba al 25% vigente a los productos indios. "A ellos (India) no les importa cuántas personas en Ucrania están siendo asesinadas por la maquinaria de guerra rusa", soltó el republicano.

"El primer ministro indio no es alguien que ceda a la presión", dijo Putin en India Today, que le preguntó sobre si EEUU estaba "presionando" a India con aranceles sobre las compras de petróleo ruso.

En octubre, Trump aseguró que sus presiones habían funcionado y que el gigante del sur de Asia dejaría comprar petróleo ruso. En cambio, los funcionarios indios han reiterado que su país no tiene intención de detener sus compras de crudo, defendiendo que estas importaciones están vinculadas a las necesidades energéticas de sus más de 1.400 millones de habitantes.

Los vínculos entre Moscú y Delhi se iniciaron poco después de que la India obtuviera su independencia en 1947. La ahora extinta Unión Soviética apoyó económicamente a India en su desarrollo industrial y le brindó respaldo diplomático en sus disputas con el vecino Pakistán por la región de Cachemira. También ayudó a los indios a producir misiles y aviones de diseño ruso, así como submarinos de propulsión nuclear.

Nueva Delhi, por su parte, ha cubierto las espaldas de manera rutinaria a Moscú en los asuntos internacionales más polémicos. Modi votó en contra de una resolución de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU que condenaba las acciones de Rusia en la segunda guerra de Chechenia y se abstuvo de votar en las resoluciones de la ONU de 2013 y 2016 contra al régimen sirio de Asad apoyado por Rusia. En 2014, también evitó condenar la invasión rusa de Crimea, como hizo en 2022 con el ataque a Ucrania.