Israel llora a las víctimas del 7-0 y confía en Trump para la vuelta inminente de los rehenes

Oct 8, 2025 - 00:00
Israel llora a las víctimas del 7-0 y confía en Trump para la vuelta inminente de los rehenes

Actualizado

Una sirena vale más que mil palabras. Las alarmas activadas de forma esporádica en el sur de Israel en el segundo aniversario del ataque de Hamas reflejaron no solo que el grupo islamista aún puede, aunque de forma muy limitada, lanzar proyectiles aunque de forma muy limitada desde la Franja de Gaza sino que los israelíes siguen en el 7-0. Aunque la prueba más tangible el cautiverio aún de 48 secuestrados en la sangrienta fecha en Israel que causó su devastadora respuesta militar en la Franja de Gaza.

Israelíes ven el 7-0 como el peor ataque en su historia y los gazatíes como el inicio de la peor ofensiva en su historia, pero ambos coinciden que están ante la mejor oportunidad para poner fin a la pesadilla. Todo pasa por Sharm El Sheij (Egipto), donde este martes tuvo lugar la segunda jornada de las conversaciones, y sobre todo la Casa Blanca que puede imponer el acuerdo.

"Hace una semana el presidente Trump habló de paz y de un alto el fuego y provocó mucho optimismo no solo entre las familias de los secuestrados sino entre todos los israelíes. Porcentajes muy altos de la población, incluyendo electores del Likud, quieren acabar ya la guerra", dice Gil Dickmann a EL MUNDO en la explanada de Beit Ariela en Tel Aviv o ya conocida como la Plaza de Secuestrados y Desaparecidos.

Hace dos años, la tía de este israelí, Kineret, fue asesinada en el ataque contra el kibutz Beeri durante el cual su prima Carmel Gat fue secuestrada. Hace 13 meses, su cadáver fue hallado en un túnel en Rafah tras recibir un disparo en la cabeza a cargo de sus captores al sospechar de la llegada de soldados. Dickmann, uno de los activistas más conocidos por los rehenes, aclara que "Hamas es el principal culpable" pero acusa a Netanyahu de haber torpedeado acuerdos de tregua por motivos políticos. "Tengo esperanzas porque confío en Trump", apunta.

«La gente se pregunta si Israel es una sociedad en postrauma; yo creo que sigue en el trauma y la única forma de empezar alguna recuperación es con el fin de la guerra y la vuelta de los secuestrados», concluye.

"El día de la gloriosa victoria", reaccionó Hamas en recuerdo al 7-O. Paradójicamente su ataque más exitoso al lograr sorprender al poderoso enemigo y matar a 1.200 personas y secuestrar a otras 251 puede provocar su fin como grupo armado y régimen gazatí siempre y cuando se cumpla el Plan Trump.

"Dos años de determinación y resistencia"

"Reafirmamos que la Inundación Al Aqsa del 7 de octubre fue una respuesta histórica a los intentos de erradicar la causa palestina", dijo el dirigente islamista Fawzi Barhum mientras su grupo celebra "dos años de determinación y resistencia" en una franja que según sus autoridades han muerto más de 67.000 palestinos en la ofensiva israelí.

Con la mediación de Egipto, Qatar y EEUU, Israel y Hamas discuten en Sharm El Sheij las condiciones en torno a la piedra angular de la primera fase del plan: el canje de 48 rehenes (20 vivos, 2 en seria duda y el resto cadáveres) por 250 presos palestinos con cadena perpetua y 1700 gazatíes detenidos desde el 7-O. El grupo islamista exige la libertad entre otros de Ahmad Saadat (vinculado al asesinato del ministro israelí de Turismo Rejavam Zeevi en 2001) y del conocido Marwan Barrghui (líder de Al Fatah y de la Segunda Intifada condenado en 2004 por su responsabilidad en cinco asesinatos) así como algunos de los participantes en los ataques del 7-0. Israel tiene poco margen de actuación ya que, por un lado, el número de presos con cadena perpetua en sus cárceles oscila los 280, y por otro porque no tiene más remedio si quiere ver de vuelta a los rehenes. Se trata de la contrapartida más concreta de Israel en un plan de tregua que obliga a Hamas a renunciar a sus armas y al control de Gaza y sus armas.

"Las conversaciones transcurren en una atmósfera positiva", revelan fuentes familiarizadas con la conversación en Egipto. La llegada prevista este miércoles de los emisarios especiales de Trump, Steve Witkoff y Jared Kushner, así como del primer ministro de Qatar, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al-Thani confirmaría que, como mínimo, las negociaciones no se han atascado. Todo un avance.

De cara a la segunda fase del plan, Hamas exige un calendario claro de retirada de las tropas de Israel y garantías de que acabará su ofensiva. Dos grandes dudas intrínsecamente relacionadas sobrevuelan Sharm El Sheij y desafían el enorme optimismo de Trump convencido de que el acuerdo es posible en los próximos días. Por un lado, si Netanyahu está dispuesto a finalizar la ofensiva de forma definitiva -algo que los palestinos dudan- y por otro si Hamas acepta entregar las armas.

Netanyahu terminará la ofensiva si puede decir a los suyos que ha derrotado completamente a Hamas desde el punto de armado y de control. Aunque han pasado dos años, los israelíes se acuerdan más del fracaso monumental del 7-0 que de las victorias ante Irán y Hizbulá. El grupo islamista, por su parte, necesita tener la plena convicción que no se reanuda la ofensiva en la Ciudad de Gaza. Su problema es que antes debe entregar algo irreversible: su principal carta (los rehenes).

Su vuelta, el cansancio de la guerra más larga de la historia de Israel que ha aislado el país (en gran parte debido al gran sufrimiento de los gazatíes) y la popularidad de Trump hacen que la gran mayoría de israelíes abrace su plan. Según un sondeo del Canal 13 al día siguiente del anuncio del plan el pasado 29 de septiembre, el 72% lo apoyó frente al 8% que se opone mientras el 20% admite que no sabe.

Un país herido

Lo que todos saben es que Israel sigue herido. Se trata de un país que ha golpeado como nunca a Irán y Hizbulá pero también un país atrapado por los efectos del 7-O

La asociación Corazón Abierto se creó al día siguiente para dar apoyo clínico y psicológico a las familias de las víctimas y a los supervivientes en especial del festival Nova en el que Hamas asesinó a casi 400 personas y secuestró a otras 40. "Tenemos más de 1000 que están bajo tratamiento a largo plazo de los 4000 supervivientes de las cuatro fiestas en la misma zona", nos dice uno de sus directores, Yair Grynbaum.

"La aspiración es creer en la vida e intentar vivir. El trauma y el dolor siempre estarán pero la cuestión es saber vivir con ello y no dentro del trauma. Como país, Israel debe aprender y procesar el dolor para crecer", añade para concluir con un consejo que da a los que buscan desesperadamente ayuda desde el 7-0: "Hay que pensar en mañana y no en el próximo mes. Volver a tu base emocional y no dejar que las cosas te paralicen".