Israel aprueba el proyecto de asentamiento en Cisjordania que dificultaría la viabilidad de un Estado palestino

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Israel ha aprobado la construcción de 3.401 casas en la llamada "Área E1" en Cisjordania pese a las peticiones en la comunidad internacional bajo el temor a que constituya un gran obstáculo para la viabilidad de un futuro Estado palestino con capital en Jerusalén Este.
Tras la aprobación final del Consejo Superior de Planificación de la Administración Civil, que el pasado 6 de agosto rechazó los últimos recursos contra el proyecto en la zona de Maale Adumim, está previsto que la construcción de las viviendas empiece en un año, siempre y cuando no haya retrasos burocráticos, cambios políticos o presiones diplomáticas.
Ideado a mediados de los años 90, los diferentes gobiernos israelíes habían congelado este proyecto desde hace 20 años (con algunos intentos de descongelarlo) debido a las negociaciones de paz con los palestinos y, sobre todo, al veto de Estados Unidos e importantes países europeos, que alertaban de que golpea la continuidad territorial de un Estado palestino.
E1, que se extiende en una zona de 12 kilómetros cuadrados, es visto tanto por unos (con alegría) como por otros (con tristeza) como un órdago en el terreno a la constitución de un Estado palestino, precisamente cuando recaba más apoyos en la arena declarativa internacional.
La Autoridad Palestina ha pedido a la comunidad internacional que "imponga sanciones a la ocupación", denunciando que el plan golpea la continuidad entre Ramala y Belén, dividiendo el territorio ocupado por Israel en la guerra del 67. Según el portavoz de presidencia palestina, Nabil Abu Rudeineh, el plan "viola el derecho internacional y las resoluciones de legitimidad internacional, en particular la Resolución 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU, que afirma que todos los asentamientos son ilegales". Asimismo, pidió a Estados Unidos que intervenga "de inmediato para poner fin a este absurdo israelí y obligarlo a cesar su guerra sin cuartel contra el pueblo palestino".
Pero a diferencia de la Administración Biden o de Obama que se oponían a la construcción en las colonias y especialmente a este proyecto, el actual liderazgo en Washington apoya -por activa o por pasiva- al Gobierno israelí también en este asunto. "Una Cisjordania estable mantiene a Israel seguro y está en línea con el objetivo de esta administración de lograr la paz en la región", señaló un portavoz del Departamento de Estado hace unos días sin realizar comentarios específicos sobre E1 en claro contraste por ejemplo con el ministro de Exteriores británico, David Lammy. Este mostró su oposición a un proyecto que, de hacerse realidad, "dividiría en dos el futuro Estado palestino y constituiría una flagrante violación del derecho internacional".
El investigador de la ONG israelí Ir Amim, Aviv Tatarsky, ha advertido que la aprobación "demuestra la determinación de Israel de implementar lo que el ministro Smotrich ha descrito como un programa estratégico para anular la posibilidad de un Estado palestino y anexar Cisjordania".
"Si la comunidad internacional se toma en serio la paz y un Estado palestino, es urgente tomar medidas efectivas para impedir que Israel expulse a los palestinos de la zona E1 y construya este nuevo asentamiento de gran tamaño en el corazón de Cisjordania", ha añadido. Paz Ahora, ONG israelí que monitorea el desarrollo de la construcción en los asentamientos, considera que es parte de los esfuerzos del Gobierno "para evitar la solución de dos Estados arrastrando a israelíes y palestinos a un interminable ciclo de conflicto".
En Maale Adumim, con casi 40.000 habitantes y situada a unos 10 kilómetros de Jerusalén, han aplaudido la decisión alegando motivos ideológicos y de seguridad. "Se trata de un paso que asegura la conexión estratégica de Maale Adumim con Jerusalén así como el futuro de nuestra ciudad", ha reaccionado el alcalde Guy Yifrach, mientras los palestinos ven su localidad como una de las principales colonias.
El citado ministro, el ultranacionalista Bezalel Smotrish, ha incidido en el mensaje que difundió el pasado jueves en Maale Adumim cuando proclamó que este proyecto contribuye de forma decisiva a "enterrar" la idea un Estado palestino y consolida "el control del pueblo judío en el corazón de la Tierra de Israel". "Borra de la mesa de la negociación la ilusión de la solución de dos Estados. La idea es borrada no con eslóganes sino con hechos", señala Smotrish que considera que un Estado palestino pondría en peligro la seguridad de los israelíes.
El gran objetivo de Smotrish es convencer al primer ministro Benjamin Netanyahu de que "declare la soberanía sobre Judea y Samaria [Cisjordania]". Desde su punto de vista, hay que aprovechar la actual composición de su Gobierno y la presencia del presidente Donald Trump en la Casa Blanca para anunciar la trascendental anexión. Sería también su respuesta a los países que han anunciado que reconocerán en septiembre el Estado palestino.
Hasta media tarde, Netanyahu no había realizado comentarios sobre la aprobación del proyecto E1, que, por otro lado, no ha tenido demasiado eco en la prensa israelí, volcada en la negociación por la vuelta de los secuestrados y los preparativos de la operación militar para la toma de control de Ciudad de Gaza.