Los países amenazados por Rusia insisten en el muro antidrones y crece la "presión" sobre España: "A Sánchez se le deberán recordar sus obligaciones en Defensa"

Actualizado
"El muro antidrones es fundamental". La frase no deja de repetirse durante los últimos días en Bruselas. En encuentros con embajadores y diplomáticos; en briefings sobre cuáles serán las prioridades de la cumbre informal de jefes de Gobierno que mañana tiene lugar en Copenhague, y a la que seguirá la reunión de la Comunidad Política Europea también en la capital danesa el jueves; e, incluso, desde la propia Comisión Europea.
El comisario de Defensa y Espacio, Andrius Kubilius, ya lo adelantó el pasado viernes desde Helsinki tras presidir una reunión por videoconferencia con los ministros de Defensa de diferentes países cercanos a Rusia y, además, reunirse con el primer ministro de Finlandia. "Es una prioridad absoluta", apuntó, algo que comparten todos los países que están más directamente amenazados por Vladimir Putin y que en las últimas semanas están sufriendo una oleada de provocaciones y violaciones de su espacio aéreo.
Y en esa misma cita con Kubilius, el primer ministro Petteri Orpo ya dio una señal clara de lo que se encontrará el presidente del Ejecutivo español, Pedro Sánchez. "Esta es la frontera oriental de Europa, donde se defiende Europa y, dado que durante 20 años hemos mostrado solidaridad financiera con los países del sur de Europa, ahora es el momento de mostrar solidaridad en materia de seguridad", aseguró el finlandés, que rechaza que el muro antidrones se financie con el programa SAFE para el rearme europeo. "Eso se trataría de un préstamo como cualquier otro y los fondos comunes europeos no se estarían destinando específicamente al refuerzo de la frontera oriental de Europa", añadió. Y esa exigencia, la de pedir más a los países del sur de Europa y a España en concreto, no es ni mucho menos la única.
"Existe claramente una presión sobre España. Al señor Sánchez se le deberán recordar sus obligaciones en materia de Defensa", subraya a EL MUNDO una fuente diplomática. En la capital comunitaria, además, recuerdan el incidente que sufrió la semana pasada el avión de la ministra de Defensa, Margarita Robles, cuando al volar cerca de Kaliningrado registró un intento de anulación de su GPS. No fue a más y este tipo de situaciones pueden considerarse incluso habituales, pero en Bruselas sí estiman que es una muestra de que todos los países europeos están amenazados por Rusia y recuerdan la frase que pronunció hace unas semanas el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Mark Rutte: "Los misiles rusos sólo tardarían en impactar en Madrid unos minutos más que en Tallin, Berlín o París".
Pero nada de esto parece perturbar demasiado al Gobierno de Sánchez. Desde Moncloa sostienen que no están al tanto de la creciente presión por desarrollar el muro antidrones, al tiempo que afirman que el compromiso de España con la seguridad europea es inquebrantable. Ponen como ejemplo la decisión del Ejecutivo de sumarse al operativo Centinela del Este que la OTAN ya ha comenzado a poner en marcha. "Es una señal política inequívoca", prosiguen, y añaden que la relación con Orpo es muy buena. Pero la realidad es que el debate va mucho más allá, y que los países del norte están exigiendo más dinero, más recursos. Y de eso no se quiere hablar en Madrid.
El Gobierno volverá a encontrarse en Copenhague con un debate en el que no se encuentra cómodo, que no lidera. El Ejecutivo ha centrado durante las últimas semanas su discurso en la situación en Gaza y en la condena a Israel, celebrando la suspensión del acuerdo comercial que ha propuesto la Comisión Europea como un logro propio. Pero esta medida requiere la aprobación por parte de una mayoría cualificada de países, esto es, que la apoyen el 55% de las naciones y que los estados miembros favorables a la propuesta representen al menos el 65% de la población total de la UE.
Teniendo en cuenta las reticencias de Alemania, se antoja complicado que esta situación se dé y, en cualquier caso, Gaza no es uno de los puntos del día de la reunión de presidentes. El Gobierno, muy probablemente, tratará de sacar a debate la cuestión e incluso es posible que Sánchez llegue con alguna propuesta. Pero la preocupación de los siempre influyentes y tenaces países del Norte es otra.