Maia Sandu tras revalidar su partido la mayoría absoluta en Moldavia: "Rusia ha fracasado, no ha conseguido comprarnos"

El Partido Acción y Solidaridad (PAS) de la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, revalidó su mayoría absoluta en el parlamento en las elecciones legislativas de este domingo, refutando las predicciones de los sondeos que no previeron una victoria tan contundente de la formación proeuropea.
El PAS acaparó un 50,2% de los sufragios que le permitirá controlar unos 55 diputados de un parlamento que tiene 101. Pese a ser menos que los 61 que tenía hasta ahora, ello le dejará seguir gobernando en solitario.
La propia presidenta de Moldavia, Maia Sandu, consideró que lo acaecido tiene que entenderse como "un mandato fuerte para (continuar) el proceso de adhesión a la Unión Europea".
Sandu compareció este lunes ante la prensa y dijo que la campaña de interferencia "masiva" de la que acusó a Moscú había "fracasado". "El Kremlin intentó dividirnos, pero no nos han podido comprar", manifestó.
Para el politólogo Laurentiu Plesca, el varapalo que sufrió la opción prorrusa "confirma los límites de la influencia (rusa) y la ineficacia de sus tácticas, a pesar de las enormes cantidades de dinero que se han gastado en desinformación y compra de votos".
Las formaciones opositoras, en su mayoría prorrusas, rechazaron los resultados y convocaron una protesta delante del parlamento. Una convocatoria que resultó ser un absoluto fracaso, ya que sólo consiguió convocar a unos pocos cientos de personas. La movilización no duró ni media hora.
El principal dirigente del llamado Bloque Patriótico prorruso -que sólo tendrá 26 diputados-, el ex presidente Igor Dodon, había proclamado su "victoria" nada más concluir los sufragios -sin conocer los resultados- y lanzó una arenga a sus seguidores por la noche, sin conseguir reunir a más que un puñado de adeptos.
"Estén preparados mañana (el lunes) para defender nuestra victoria. Es evidente que la oposición ganará estas elecciones parlamentarias. No debemos permitir que anulen nuestros votos", indicó Dodon demostrando pocas dotes como vidente.
Para Irina Vlah, otra de las dirigentes opositoras, los comicios fueron una "farsa". "Moldavia ya no es un estado democrático. Tenemos una mafia en el gobierno que ha usurpado el poder", señaló en un comunicado.
Desde primeras horas de la mañana, el entorno de la cámara legislativa se encontraba vigilado por docenas de policías.
"El PAS nos ha robado el poder. Sí, Moldavia está dividida: de un lado está el poder y del otro el pueblo", afirmó Edward, un manifestante prorruso de 57 años.
Fue el mismo mensaje que lanzó el mismo Dodon y otros políticos de su órbita como el ex primer ministro Vasile Tarlev, o el ex ministro del Interior, Pavel Voicu.
Este último expuso a este diario todo un listado de supuestas irregularidades que habían constatado en las votaciones, que van desde la prohibición de partidos -hasta seis formaciones-, a la restricción de opciones para los votantes procedentes de Transnistria, conocidos por su cercanía a Moscú. "Son más de 300.000 y rebajaron los centros de votación de 42 a 12, y ayer, el día de la votación, bloquearon las carreteras de acceso a esos lugares", manifestó.
El número de votantes de esa región se limitó a poco más de 12.000 frente a los 30.000 que acudieron a las urnas en la cita presidencial del año pasado.
Los centros de votación destinados a los moldavos que viven en Transnistria fueron afectados por la oleada de falsas alertas de bombas que se multiplicaron en la jornada electoral, que también se extendieron a los colegios electorales instalados en el extranjero.
Esos incidentes se sumaron al ciberataque masivo que se registró contra un amplio número de páginas oficiales del país, y en especial la de la Comisión Central Electoral, que supervisó los comicios. Según informó la agencia IPN, los equipos técnicos consiguieron bloquear la ofensiva digital, que llegó a inutilizar 4.000 sitios web.
Sin embargo, el sufragio vuelve a confirmar la división que existe en el país ya que el voto del PAS se acumula en Chisinau, la capital, y las regiones del centro y oeste, mientras que hay demarcaciones como Balti, en el norte -donde los rusos son mayoría-, el territorio de Transnistria -que permanece al margen del control del estado moldavo desde 1992- y sobre todo la autonomía de Gagauzia, donde las formaciones prorrusas obtuvieron una mayoría absoluta. En esta última, el Bloque Patriótico consiguió el 82% de los sufragios y el PAS un exiguo 3%.
El triunfo del PAS llegó a modificar ligeramente el espectro electoral que se dibujó en las presidenciales y en el referéndum sobre la integración en la UE del 2024, consiguiendo imponerse en "distritos tradicionalmente considerados como bastiones prorrusos como Drochia, Soroca o Falesti, donde la mayoría de los votantes eligió al PAS", indicó el citado analista Laurentiu Plesca.
Con todo, al igual que ocurrió el año pasado, el triunfo del PAS se asentó principalmente en la participación de la diáspora -unos 280.000 votantes-, que apoyó de forma masiva al partido proeuropeo. Entre esta comunidad, la agrupación liderada por Sandu consiguió atesorar un 78,6% de las papeletas.
Según aclaró Plesca a la televisión moldova, los expatriados llegaron a definir la suerte de unos "16 diputados -un número decisivo para decidir la mayoría parlamentaria-, lo que es impresionante".
"La oposición acumuló más de un 49% (de los votos) en el país y el PAS sólo un 44%. El PAS ganó una vez más gracias a lo que hizo fuera del país", había clamado Dodon en la convocatoria de la mañana.
La cifra que se refiere al partido gobernante es cierta, pero el 49% incluye al resto de agrupaciones que han entrado en el parlamento, donde hay hasta un movimiento ultraderechista muy alejado de idearios como el de Dodon.