Un parásito responsable de enfermedades autoinmunes podría ser la respuesta a los tratamientos sin opioides
Se cuela, desactiva las señales de alarma y luego invade sin ser detectado. Schistosoma mansoni es una especie de gusano parasitario que infecta a los humanos y es responsable de la enfermedad conocida como esquistosomiasis, causada cuando la larva penetra en la piel.
Investigadores analizan cómo este parásito logra desactivar las señales de nuestro sistema inmunitario. El mundo de la ciencia podría inspirarse en él para desarrollar nuevos analgésicos y tratamientos contra las infecciones.
El gusano imperturbable
La esquistosomiasis es una infección parasitaria causada por un tipo de gusano llamado helminto. La infección se produce al entrar en contacto con agua infestada, durante actividades como nadar, lavar ropa o pescar, en las que la piel queda expuesta al parásito. De acuerdo con un estudio publicado en The Journal of Immunology por investigadores de la Facultad de Medicina de Tulane, durante la infección, el gusano evade la detección del sistema inmunitario e invade el cuerpo humano. A diferencia de otras bacterias o parásitos, este no suele causar dolor, picazón ni sarpullido: al suprimir las neuronas sensoriales cutáneas, actúa sin interrupciones, lo que asegura su supervivencia.
Analizando sus tácticas, los científicos han comprendido ahora en detalle cómo actúa, provocando una reducción en la actividad de la proteína TRPV1+, normalmente encargada de enviar las señales que el cerebro interpreta como calor, dolor o picor. Esta proteína también regula las respuestas inmunitarias en casos de infecciones, alergias, cáncer y enfermedades autoinmunes. Si su nivel disminuye, el cuerpo queda prácticamente indefenso en múltiples frentes.
Desactivar las alarmas
"Las moléculas que bloquean TRPV1+ podrían desarrollarse en terapias que reduzcan la gravedad de la enfermedad en personas que padecen afecciones inflamatorias dolorosas", explica el Dr. De'Broski R. Herbert, profesor de Inmunología de la Facultad de Medicina de Tulane y autor principal de la investigación.
Según los investigadores, el descubrimiento de las moléculas responsables de este mecanismo de "desactivación de la alarma" podría ofrecer nuevas ideas para el desarrollo de analgésicos alternativos a los tratamientos actuales basados en opioides. Estas mismas moléculas representan un posible punto de partida para reducir la intensidad del dolor causado por la inflamación.
El lado positivo de este descubrimiento científico sigue siendo prometedor, y los investigadores ya han identificado los próximos pasos para intentar hacerlo realidad. Primero, deberán investigar con mayor profundidad la naturaleza de las moléculas responsables de bloquear la actividad de la proteína TRPV1+ y, posteriormente, comprender cómo se comportan las neuronas suprimidas, a fin de garantizar que este proceso ocurra únicamente cuando sea necesario para mejorar la condición de quienes lo padecen.
Artículo publicado originalmente en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.