Arrancó Europa, todos pegados a la TV

Aug 18, 2025 - 12:00
Arrancó Europa, todos pegados a la TV

Queda una sensación: que cuando arranca la temporada europea, arranca el fútbol. O el fútbol para ver. Eso sentimos millones de sudamericanos, africanos, asiáticos, mexicanos… Sea porque reúne a casi todas las figuras, porque se juega mejor, por la imponencia de los estadios, por la bonita puesta en escena, porque hay más glamour o simplemente por la mayor mediatización.

Hay un encanto superior en ciertas ligas europeas que nos atrae más que nuestros propios campeonatos locales. Es real. Cuidado, no todas las ligas brillan. Sí la Premier, esencialmente, la española, algún partido puntual de Alemania o Italia.

Y punto. No creemos que nadie madrugue un domingo para ver un partido de Portugal, digamos Braga versus Gil Vicente o Porto frente a Guimarães. ¿Alguien ve juegos de Alemania como Stuttgart-Leipzig…? ¿O de Bélgica o Suecia…?

Y la española tiene atractivo por Real Madrid y Barcelona, los dos clubes más poderosos del mundo. Y un poco por el Atlético de Madrid, que viaja colgado en el estribo.

Los demás son discretitos. Los otros diecisiete deberían sudar para ganarle a Platense. La Premier tiene un tesoro: del primero al último, aún con armas muy disímiles, todos salen a ganar y eso genera vibración, intensidad, ida y vuelta.

No obstante, pueden darse choques insípidos, como el de ayer de Chelsea y Crystal Palace, en el que lo único interesante fue un gol anulado. Para peor, estuvo apagado Cole Palmer. O el 1 a 0 del Arsenal al United en Manchester con un tanto de esos que nadie recordará nunca.

Y hablamos de cuatro de los siete u ocho equipos más prometedores de la temporada. O sea, no cabe decir “El fútbol europeo es de élite”. Es generalizar demasiado. Europa tiene 55 ligas; que gustan, hay dos. Por ahí vemos un Bayern-Dortmund o un Inter-Milan.

Electrocables Barraza

La Champions son diez centavos aparte. Ahí sí suele verse espectáculo grande, en especial desde octavos de final en adelante, porque tiene la particularidad de reunir lo mejor de los cinco torneos tope: Inglaterra, España, Italia, Alemania y Francia.

Pero igual extrañábamos ese fútbol. Fueron casi tres meses de receso. A propósito: quedó demostrado que cabía perfectamente el Mundial de Clubes en el medio. El Bayern Munich, el Borussia, el Real Madrid tuvieron 40 días o más de descanso entre el Mundial y este comienzo de temporada. Suficiente.

El único jugador de Europa que muestra cosas realmente diferentes, de verdadera estrella, es Lamine Yamal. Los medios nos ametrallan con Vinicius, Mbappé, Bellingham; sin embargo, raras veces se les ve maravillar. Hablamos de romperla en serio, de deslumbrar al público.

El fútbol se ha vuelto demasiado colectivo y eso le resta la espectacularidad del uno contra uno. Hemos bregado tanto por jugar en equipo que… ¡lo conseguimos! Es esto. Falta el superhéroe, la individualidad brillante que levanta tribunas, el habilidoso que encara y pasa.

El atrevido genial. Es un momento del fútbol en que un club tiene cien millones para fichar a un goleador y no sabe a quién. No hay. Y los pocos que se encuentran cuestan fortunas o no están en el mercado. Si alguien quisiera ir por Erling Haaland debería empezar poniendo sobre la mesa 500 millones de dólares. Y aun así no conmovería en absoluto a los directores del Manchester City.

Por eso, el Arsenal debió pagar USD 86 millones por el sueco Viktor Gyökeres, con una tarjeta goleadora impactante en Portugal, sí, pero con una lejana amistad con la pelota.

Debutó ayer ante el United y casi no tocó la bola, y cuando la tocó casi era mejor que no lo hiciera. Por eso, el Liverpool desembolsa nada menos que USD 146,3 millones por Florian Wirzt, un creativo, alguien con imaginación, ingenio y técnica.

No es un Lamine, sí un muy buen elemento para desarticular defensas. Por eso, Real Madrid invirtió USD 74 millones por Mastantuono, un zurdo elegante que a los 17 años se cargó al equipo de River, pero que todavía es muy joven. Hay que verlo; es más una esperanza que una certeza.

Lo que sobra es dinero para comprar. Las estanterías están vacías de talento. Apenas despunta un Mastantuono, un Wirzt, un Estêvão y los clubes se abalanzan sobre ellos.

Electrocables Barraza

Sucede algo curioso: a excepción de Real Madrid y Barcelona más la mayoría de los clubes alemanes, prácticamente todos los demás europeos de las grandes ligas son sociedades anónimas.

Y ahora todos están en manos de ultramillonarios o de grandes conglomerados económicos. Y ya no son los capitales árabes sino norteamericanos los principales inversores. Sin embargo, Real Madrid y Barcelona (instituciones de los socios) son las dos marcas más valiosas y fuertes del universo fútbol. Lo afirma Brand Finance, consultora británica que elabora anualmente un ranking futbolístico de los 50 mejores.

La marca Real Madrid está valuada en USD 2.224 millones, en tanto el Barça cotiza en USD 1.900 millones. Es, sin dudas, una noticia fantástica para el club catalán: pese a todas sus deudas y dificultades financieras, incluso para inscribir nuevos jugadores, es el segundo club más valorado del mundo.

Aparte, es actual tricampeón español, está terminando el nuevo Camp Nou y tiene a Lamine Yamal, por sí solo un activo fabuloso. No obstante, la camiseta azulgrana de Messi sigue siendo la más vendida de España, aunque pasaron cuatro años de su partida.

Electrocables Barraza

Completan el ranking de clubes más potentes comercialmente: 3) Manchester City, 4) Liverpool, 5) Paris Saint-Germain, 6) Bayern Munich, 7) Manchester United, 8) Arsenal, 9) Chelsea, 10) Tottenham.

Seis ingleses entre los primeros diez, o sea, el big six íntegro. En este campo vale resaltar el acierto notable de las inversiones árabes, específicamente en el PSG y en el Manchester City, dos clubes de los que nadie hablaba hasta hace quince años. Y vegetaban en mitad de tabla.

El Paris fue adquirido en 2011 por el fondo soberano Qatar Investments en 80 millones de dólares. Le inyectaron dinero, sí, les costó llegar a la cima, pero en catorce años lo convirtieron en una marca global, en un club planetario, en la bandera del fútbol francés en el mundo.

En ese lapso lograron 38 títulos: 11 ligas, 8 Copas de Francia, 11 Supercopas francesas, 6 Copas de la Liga, 1 Champions y 1 Supercopa de Europa. Ya es una potencia. En tiempo récord.

Lo del City es una tarea de orfebrería de parte de sus dueños emiratíes. Desembarcaron el 1 de septiembre de 2008 en una entidad que sumaba once descensos (incluso se fue a Tercera División, algo que no le pasó nunca a ninguno de los grandes clubes europeos).

Se trazaron un plan a largo plazo. Compraron el club en 250 millones de dólares y le inyectaron 1.000 millones de libras en infraestructura, jugadores y técnicos. Hoy vale fortunas. En el medio ganaron 22 trofeos, entre ellos 8 Premier, 3 FA Cup, 6 Copa de la Liga, 4 Community Shield y la deseada Champions en 2023. También lograron varios subcampeonatos.

Siempre buscando la excelencia. Se expandieron y poseen otros once clubes con el sello City en cuatro continentes. Ahora venden más jugadores de los que compran. “Este es el triunfo de un club que viene construyendo paso a paso desde hace años para llegar a esto”, declaró Rodri, el Balón de Oro (otro logro del club).

En España se burlaban de cómo los árabes tiraban sus petrodólares por la alcantarilla. Ya no. (O)