Rafael Grossi, director de la agencia atómica de la ONU: "Es lamentable la narrativa de que un informe mío fue catalizador de los ataques contra Irán"
Actualizado
Tras la guerra de doce días entre Irán e Israel, la República Islámica suspendió la cooperación con la agencia atómica de Naciones Unidas (OIEA) e impidió a expertos independientes analizar el estado de sus instalaciones nucleares, golpeadas por Tel Aviv y Washington. La guerra echó por tierra el intento de retomar las negociaciones para alcanzar un nuevo acuerdo nuclear, ante un Irán que desconfía de los socios europeos y estadounidenses. Pese al distanciamiento, el director de la OIEA, Rafael Grossi, cree que aún queda margen para la diplomacia.
- En los últimos meses, Irán suspendió la cooperación con vuestro organismo, usted fue amenazado por la prensa local, luego parece que permitieron la entrada al país de algunos de sus inspectores, aunque no consiguieron acceder a las instalaciones nucleares... ¿Cómo son las relaciones actuales con Irán?
- La relación con Irán se ha visto afectada por todos los acontecimientos que han tenido lugar este año. Los ataques del mes de junio sobre las instalaciones nucleares resultaron, como no podía ser de otra manera, en una reacción por parte de Irán. Hemos podido reconstruir parcialmente la cooperación; la agencia ha vuelto a Irán. Hemos hecho una docena de inspecciones, pero aún no hemos logrado entrar en los sitios que fueron atacados, las instalaciones de Isfahan, Natanz y Fordow. Son muy importantes porque en ellas se encuentra gran cantidad, o si no la totalidad, del material nuclear, en particular uranio enriquecido al 60%, que ha sido uno de los puntos más conflictivos, porque se trata de material enriquecido a un nivel casi de uso militar. Ese material está ahí y aún no hemos tenido acceso.
- Después de la guerra se especuló mucho sobre dónde se encuentra el uranio enriquecido iraní. ¿Cómo saben que sigue allí?
- Por análisis satélite, las imágenes indican que no ha habido un movimiento significativo en las instalaciones que dé a entender que el material ha sido evacuado. Hay consenso, incluso los iraníes lo dicen, y otros países que lo han evaluado también, que el material sigue allí. Mientras ese material no esté bajo control de los inspectores internacionales de la OIEA, podría ser desviado a otros fines. Esto genera incertidumbre, por eso debemos corregirlo.
- Antes de la guerra, sus informes ya alertaban de que Irán tenía suficiente uranio enriquecido como para crear armas, aunque advertían que no creían que Teherán estuviera intentando alcanzar este objetivo. Sin embargo, Irán les acusa de viciar las tensiones con Israel y Estados Unidos con este tipo de informes. ¿Qué opina?
- Es lamentable la narrativa de que un informe mío fue catalizador de los ataques contra Irán. Nosotros en este informe no dijimos nada nuevo, reitera lo que la agencia venía diciendo desde hace meses. El informe también dice que Irán no tiene un programa sistemático de búsqueda de armas nucleares, así que bonita justificación estaríamos dando a alguien cuando estamos diciendo que no buscan armas nucleares. Es inaceptable que un organismo internacional de verificación independiente sea acusado de esta manera. Irán es miembro del Tratado de No Proliferación (de armas nucleares), tiene un compromiso con las inspecciones.
- Estados Unidos regresó a la mesa de negociaciones con Irán, pero luego se sumó a los ataques con Israel. Ahora el presidente Donald Trump quiere regresar a las negociaciones. ¿Cree que Trump puede recuperar la confianza de Irán para lograr un nuevo acuerdo?
- En todo conflicto, el hecho de que los que se han opuesto se sienten en la mesa de negociaciones es algo positivo porque la solución debe empezar por ellos. Además, ha habido toda una serie de negociaciones entre Estados Unidos e Irán de forma indirecta, a través de mediadores, pero ha existido. Los canales secundarios o backchannels han continuado. Me consta, yo he tenido oportunidad de consultar con el canciller iraní Araghchi, con el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, y sé que las negociaciones han persistido y hasta cierto punto existen aún hoy ciertos contactos. Son contactos complejos, que a veces se interrumpen, pero existe ese flujo de comunicación entre Estados Unidos e Irán. Para lograr estabilizar el programa nuclear iraní hay que volver a la mesa diplomática. Hay que lograr un nuevo marco consensuado entre Irán y Estados Unidos. Con otros actores que deben estar involucrados, británicos, ingleses, alemanes y también, obviamente, Rusia y China.
- Usted que conoce esta comunicación secundaria, ¿cómo describiría la situación actual? Porque en sus comunicados insiste en que la vía diplomática no está agotada, incluso cuando los países europeos piden sanciones contra Irán.
- Sí, correcto. Siempre más diplomacia es posible, siempre hay que tener creatividad para buscar una solución más. Hay muchos aspectos técnicos y también políticos, financieros y de sanciones que son muy complejos. Es decir, se trata de una cantidad de temas que están solapados y que hay que tratar de alinear. Con voluntad política se podría claramente lograr un acuerdo en relativamente poco tiempo, estoy convencido de eso.
- En el escenario global actual, ¿qué tipo de relevancia tienen tratados como el de no proliferación de armas nucleares? Si por ejemplo hemos visto a Pakistán extender su paraguas nuclear a Arabia Saudí, un país que no firmó ningún tratado ni tiene un programa propio de desarrollo.
- Hay más desafíos, la situación internacional es más compleja, más fragmentada. Pero eso hace que tratados como el de no proliferación sean más necesarios. Esta situación de incertidumbre, de conflictos armados, incluido en Europa, lleva a que países que hasta hace poco estaban cumpliendo sus obligaciones comiencen a replantearse de manera pública su compromiso sobre si deberían tener un programa nuclear. De ahí mi llamamiento a un refuerzo de este tratado, que si bien es imperfecto, ha sido un éxito en líneas generales. Sin él, tranquilamente estaríamos hablando de un mundo con 20 o más países dotados de armas nucleares. Se usarían incluso en pequeños conflictos.