Camisetas de varios clubes en el adiós de Russo: hasta de River

El adiós más difícil llegó a la Bombonera y unió todos los colores. Hinchas de todos los clubes se acercaron para despedir a Miguel Ángel Russo, el histórico entrenador de Boca desde temprano, con camisetas, banderas y flores, compartiendo un mismo sentimiento: el respeto y la gratitud hacia Miguel Ángel Russo, el histórico entrenador de Boca que falleció a sus 69 años.

Aunque muchos lo vieron dirigir a sus equipos favoritos, hay hinchas de todos los clubes, incluso de aquellos donde nunca estuvo, que se acercan a despedirlo. La admiración por su trayectoria y la huella que dejó en el fútbol argentino trasciende rivalidades y colores.

Miguel Ángel Russo no solo dejó su huella en los clubes que dirigió; también marcó a quienes lo conocieron por su forma de ser. Respetuoso, cercano y siempre atento a los demás, se ganó la admiración de jugadores, colegas y rivales.

Su manera de conducir, con firmeza pero también con humanidad, hizo que trascendiera la cancha: quienes pudieron conocerlo destacan su compromiso, su honestidad y la forma de transmitir valores más allá del resultado.

Esa combinación de profesionalismo y calidez humana es lo que hoy hace que hinchas de todos los equipos se acerquen a despedirlo. Russo no solo construyó un legado de títulos y ascensos: dejó recuerdos imborrables y enseñanzas que sobrevivirán más allá de los números y los partidos.

Russo debutó como técnico en Lanús en 1989 y, a lo largo de 36 años, dirigió sin descanso, dejando su sello en cada lugar donde pasó. Ascendió con Estudiantes y Rosario Central y logró cuatro ascensos de la B Nacional a Primera. Su primer título en Primera lo consiguió con Vélez en el Clausura 2005 y, más tarde, conquistó la Copa Libertadores con Boca en 2007.

Además de Boca, dirigió San Lorenzo, Racing, Rosario Central, Vélez, Estudiantes y tuvo experiencias internacionales en Millonarios de Colombia, Alianza Lima de Perú, Cerro Porteño de Paraguay y Al-Nassr de Arabia Saudita. Con 69 años y 5 meses, se convirtió en el técnico más veterano en dirigir un partido en Boca y en uno de los entrenadores argentinos con más de 1.000 partidos dirigidos.

Mientras transcurre la despedida, la Bombonera se llena de colores, abrazos y silencios. Cada lágrima, cada gesto y cada aplauso reflejan la admiración de hinchas de todos los equipos. Es un adiós sin rivalidades, solo con cariño, respeto y memoria para uno de los grandes protagonistas de nuestro fútbol.