La COP30 cierra con un acuerdo descafeinado al obviar los combustibles fósiles
La COP30 cierra con un acuerdo descafeinado al obviar deliberadamente los combustibles fósiles, un desenlace que convierte dos semanas de caos logístico — marcadas por protestas indígenas, la notable ausencia de Estados Unidos, el silencio de China y un incendio real que forzó la evacuación del recinto — en un monumento a la inacción.
A pesar de la urgencia científica, el texto final es un ejercicio de contorsionismo diplomático que ignora al elefante en la habitación: el carbón, el petróleo y el gas, causas del calentamiento global. Lo que debía ser un punto de inflexión ha terminado siendo un acuerdo débil que muchos consideran insuficiente ante la magnitud de la crisis climática actual.
“La eliminación del lenguaje de transición de los combustibles fósiles del borrador de la COP30 representa un preocupante retroceso en los limitados avances logrados en la COP28. Este retroceso se produce precisamente en un momento en el que nuestra comprensión de los riesgos climáticos nos muestra que tenemos menos margen para el retraso de lo que se pensaba anteriormente", sostiene Jesse Abrams, investigador principal y uno de los principales expertos del Reino Unido en riesgos climáticos físicos de la Universidad de Exete.
“La eliminación del lenguaje de transición de los combustibles fósiles del borrador de la COP30 representa un preocupante retroceso en los limitados avances logrados en la COP28".
Jesse Abrams, investigador principal y uno de los principales expertos del Reino Unido en riesgos climáticos físicos de la Universidad de Exete.
"Ya estamos viendo cómo se intensifican las inundaciones, las sequías y los fenómenos extremos a nivel mundial, mientras que las amenazas sistémicas derivadas de los posibles puntos de inflexión en los sistemas terrestres se ciernen cada vez más sobre nosotros. Las evaluaciones de riesgos actuales subestiman sistemáticamente estos peligros, al no tener en cuenta cómo los impactos climáticos se propagan a través de las redes económicas y pueden desencadenar cambios irreversibles en sistemas como la circulación oceánica", explica el investigador.
El acuerdo final incluye un llamado para que los países ricos tripliquen al menos el financiamiento desde los 34,700 millones de dólares anuales para 2035, para ayudar a los países vulnerables a adaptarse a un clima extremo cada vez peor.
Para financiar proyectos como el refuerzo de edificios o la modernización de infraestructura frente a las tormentas, los países en desarrollo más afectados por el cambio climático necesitarán alrededor de 310,000 millones de dólares al año para 2035, según un informe del Programa de la ONU para el Medio Ambiente. Algunos países en desarrollo se indignaron por la insistencia en condicionar el aumento del financiamiento para la adaptación con la reducción de los combustibles fósiles, acusando a los países ricos, incluida la UE, de chantajear a los Estados más pobres con esta cuestión.
"Cada año que continuamos dependiendo de los combustibles fósiles nos expone más a fenómenos extremos y aumenta la probabilidad de cruzar umbrales irreversibles, con profundas implicaciones para la seguridad global y la estabilidad económica”
Jesse Abrams, investigador principal y uno de los principales expertos del Reino Unido en riesgos climáticos físicos de la Universidad de Exete.
Según el experto de la Universidad de Exete, a medida que se intensifica la fragmentación geopolítica, en particular con los cambios en el liderazgo climático de Estados Unidos. "Es probable que veamos cómo las acciones climáticas están cada vez más impulsadas por coaliciones de naciones e industrias dispuestas a actuar, en lugar de por marcos globales unificados. Este estancamiento diplomático no detiene el sistema climático físico. Cada año que continuamos dependiendo de los combustibles fósiles nos expone más a fenómenos extremos y aumenta la probabilidad de cruzar umbrales irreversibles, con profundas implicaciones para la seguridad global y la estabilidad económica”, concluye.
La realidad geopolítica se impuso
El núcleo del fracaso reside en la incapacidad de establecer una hoja de ruta vinculante para abandonar los hidrocarburos. Aunque una coalición de más de 80 países —desde Colombia y Alemania hasta Kenia— presionó para incluir un plan de acción concreto, la realidad geopolítica se impuso con dureza. Las naciones árabes y los petroestados, encabezados por Arabia Saudita, bloquearon cualquier lenguaje que amenazara su modelo de negocio.
“Actualmente nos encontramos en una senda de calentamiento con consecuencias devastadoras para muchas regiones, pueblos, economías y ecosistemas. Esta COP no ha cambiado esta senda, no ha aumentado la velocidad ni la ambición", dice Daniela Schmidt, catedrática de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bristol (Reino Unido).
"¿Cómo nos recuperamos y, si los gobiernos no aumentan sus medidas, llevamos esto a los lugares donde trabajamos, las ciudades donde vivimos y las comunidades donde tenemos nuestro hogar? Porque ahí es donde hay que actuar cuando los gobiernos fallan. No actuar no es una opción, ya que hay demasiadas comunidades profundamente vulnerables al cambio climático. Aunque en este momento nos centramos en las inundaciones, los huracanes y las sequías, aunque los calificamos de fenómenos extremos, se convertirán en la norma y se combinarán con el aumento de los precios de los alimentos, los desplazamientos y la pérdida creciente de medios de subsistencia. El cambio climático no se detendrá porque no reconozcamos lo que hay que hacer”.
“Actualmente nos encontramos en una senda de calentamiento con consecuencias devastadoras para muchas regiones, pueblos, economías y ecosistemas. Esta COP no ha cambiado esta senda, no ha aumentado la velocidad ni la ambición"
,Daniela Schmidt, catedrática de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bristol (Reino Unido).
En lugar de mandatos claros, el documento final ofrece una iniciativa voluntaria para acelerar planes nacionales y un vago diálogo anual para monitorear el objetivo de los 1,5 °C, un umbral que, siendo realistas, estamos a punto de cruzar. André Correa do Lago, presidente de la cumbre, intentó salvar la narrativa anunciando hojas de ruta voluntarias para una transición "justa", pero carentes de dientes regulatorios.
El colapso del consenso global, exacerbado por un vacío de liderazgo
Esta cumbre también sirvió como un baño de realidad sobre el colapso del consenso global, exacerbado por un vacío de liderazgo. Los dos mayores emisores del mundo ganaron a su manera: Estados Unidos por incomparecencia y China por silencio administrativo. La ausencia de Donald Trump envalentonó a sus aliados y dio excusas a otros para bajar la guardia, mientras que Rusia asumió un rol obstruccionista activo bloqueando hojas de ruta.
China, por su parte, optó por mantener un perfil bajo en lo político para concentrarse en cerrar acuerdos comerciales, dejando que el proceso multilateral quedara a la deriva.
Quizá el único avance técnico tangible ocurrió gracias a la ubicación geográfica de la cumbre. A las puertas de la Amazonia, los bosques y el uso del suelo ganaron protagonismo con un modelo financiero híbrido diseñado para apalancar capital privado mediante garantías públicas.
James Dyke, profesor asociado de Ciencias del Sistema Terrestre y subdirector del Instituto de Sistemas Globales de la Universidad de Exeter (Reino Unido), dice: “La COP30 llega diez años después del logro del Acuerdo de París en la COP21 y su objetivo de limitar el calentamiento muy por debajo de los 2 °C. Para que el Acuerdo de París tuviera alguna posibilidad de éxito, los gobiernos, en particular los de los países ricos e industrializados, habrían tenido que acelerar la eliminación gradual de los combustibles fósiles al mismo tiempo que introducían el apoyo financiero para la transición energética en el Sur Global. Ninguna de las dos cosas ha sucedido".
"En 2024, los procesos industriales vertieron a la atmósfera una cantidad récord de 37.400 millones de toneladas de dióxido de carbono, mientras que la financiación climática prometida hasta ahora es una fracción de lo que se necesita. A pesar de los esfuerzos del anfitrión, la COP30 ni siquiera conseguirá que las naciones acuerden la eliminación gradual de los combustibles fósiles. Este vergonzoso resultado es el resultado de un interés personal de corto alcance y de una politiquería cínica”, explica el profesor Dyke.