Repunta la violencia de jóvenes radicales israelíes en Cisjordania
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Los autores del ataque en una instalación industrial palestina en la zona de Beit Lid y del lanzamiento de productos inflamables contra la mezquita Hajjah Hamidah, en Salfit, en los últimos días forman parte del grupúsculo más anarquista, peligroso y radical dentro de los conocidos Naarei Gvaot ("Chicos de las Colinas"). Estos proceden en su mayoría de pequeños enclaves ilegales israelíes levantados en Cisjordania con la idea de asentarse y acaparar terreno en la eterna lucha por cada metro con los palestinos.
No se sabe exactamente la extensión exacta del núcleo más violento, pero se calcula que son al menos 200 jóvenes. Intimidan, amenazan y atacan a palestinos (por ejemplo, comunidades beduinas), pero también, como en los últimos días, a israelíes, ya sean activistas de derechos humanos que llegan con cámaras para proteger a los palestinos, soldados e incluso habitantes de colonias.
En una inusual coincidencia, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y el Consejo de Asentamientos en Judea y Samaria (Yesha) condenaron esta semana los ataques de extremistas israelíes en Cisjordania. Pero mientras el liderazgo palestino considera que es "parte de una ola más amplia de terrorismo de colonos, apoyada y protegida por políticas israelíes que pretenden desplazar a los palestinos y afianzar la ocupación colonial en Cisjordania", los representantes de los 500.000 habitantes judíos en la Ribera Occidental ven esta violencia como un fenómeno preocupante que debe ser frenado, pero muy minoritario, de jóvenes marginales, muchos de los cuales, alegan, no viven en sus comunidades.
Las imágenes del lanzamiento de piedras, agresiones y quema de edificios y coches a cargo de encapuchados van acompañadas por datos como el aumento del 25% de ataques cada mes en lo que va del 2025 respecto al año pasado. Como era de esperar, la tensión está siendo superior estas semanas durante la cosecha de aceitunas en este territorio ocupado por Israel en la guerra de 1967. Según datos recogidos por la emisora de radio militar, desde el 19 de octubre al 11 de noviembre se registraron 74 ataques contra palestinos (70 heridos), mientras en el mismo periodo de 2024 la cifra era de 57. La ONU denuncia al menos 264 ataques en octubre, lo que supone el peor mes desde que comenzó a registrar incidentes violentos en 2006.
Desde el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel, hubo 1.586 incidentes vinculados a delitos de carácter nacionalista judío en Cisjordania. En su mayoría fueron contra palestinos, pero más de un centenar se dirigió también contra el ejército y la Policía de Israel. Todo ello, sumado a los ataques palestinos y las redadas israelíes, explica la complejidad en una zona en ebullición.
Si en el pasado los extremistas justificaban sus actos violentos como venganza tras ataques palestinos (algunos de los pequeños enclaves llevan el nombre de víctimas de atentados), hoy pueden pintar grafitis, apedrear coches, quemar edificios y acosar sólo para intimidar y atemorizar a habitantes palestinos en la zona.
Este grupúsculo antisistema, que mezcla fanatismo ideológico y vandalismo, no cree en el actual Estado de Israel sino en la Tierra de Israel, y aspira a acabar con las instituciones estatales, aunque desde principios de 2023 se sienten más protegidos al tener, por ejemplo, como responsable de la Policía a Itamar Ben Gvir. Este político ultraderechista critica los ataques, pero es acusado por muchos en Israel de no hacer nada contra los radicales.
"Estamos al tanto de los recientes incidentes violentos en los que civiles israelíes atacaron a palestinos e israelíes. Los condeno enérgicamente", reaccionó el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, señalando que el ejército "no tolerará la conducta criminal de una pequeña minoría que desprestigia a la ciudadanía respetuosa de la ley. Estos actos contradicen nuestros valores, traspasan una línea roja y desvían la atención de nuestras tropas de su misión: defender a las comunidades y llevar a cabo operaciones".
Los oficiales de brigada en Cisjordania han pedido a Zamir que intervenga ante el ministro de Defensa, Israel Katz, para que rectifique su decisión de hace un año de anular las detenciones administrativas a los sospechosos judíos. Se trata del arresto temporal de hasta seis meses (renovables) sin necesidad de presentar cargos, y que es aplicado sobre todo entre sospechosos palestinos. Katz alegó entonces que no era "un fenómeno tan extenso como los ataques terroristas palestinos" para justificar una decisión, criticada en los organismos de seguridad al quitarle un instrumento de prevención.
Mientras la ANP denuncia que las autoridades israelíes son cómplices de los ataques de radicales contra civiles palestinos y pide la intervención de la comunidad internacional, en Israel la condena generalizada incluye matices que recuerdan la importancia de la semántica: mientras unos definen a los que realizan ataques graves como "terroristas", otros los consideran "delincuentes con problemas que necesitan reintegrarse", comparando sus acciones con el vandalismo en algunas ciudades para asegurar que es un asunto socioeducativo y no de seguridad nacional. Entre unos y otros, los líderes de asentamientos judíos rechazan que no salen de forma rotunda contra dichas acciones y denuncian que manchan no sólo la imagen del país, sino la de todos los habitantes.
Preguntado si los últimos actos de violencia en Cisjordania podrían socavar el acuerdo de tregua en la Franja de Gaza, el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, respondió que espera que no. "Vi declaraciones hoy del presidente de Israel e incluso del jefe del ejército en esa zona condenando lo sucedido. Creo que también atacaron a las fuerzas israelíes", comentó, para añadir: "Existe cierta preocupación de que los sucesos en Cisjordania se extiendan y tengan un efecto que pueda socavar lo que estamos haciendo en Gaza. No prevemos que esto ocurra. Haremos todo lo posible para evitarlo".