La eterna jequesa: Moza bint Nasser celebra 65 años de vida, poder y legado como la mujer que redefinió la imagen de Catar

Este 8 de agosto, Moza bint Nasser, la icónica jequesa de Catar, celebra 65 años de vida. Más que una figura consorte, la segunda esposa del anterior Emir y la madre del actual, ha sido el rostro visible de su país en el exterior, cultivó excelentes relaciones con jefes de Estados y primeras damas, reyes y reinas e impulsó la imagen de la modernización de su país. Ella estableció un camino por el que luego transitaron otras consortes del mundo árabe, desempeñando un papel muy significativo en la política, la sociedad, el activismo y el poder blando de su país, dejando imágenes impactantes que no duda compartir desde sus redes sociales y con momentos más distendidos como fue su encuentro con Georgina Rodríguez y sus hijos. Eso sin olvidar que en cuanto a estilo, es toda una institución y fue la que adaptó la alta costura a los códigos culturales y religiosos del Golfo relacionados con la vestimenta femenina.
Una de sus últimas apariciones públicas antes de cumplir los 65 años fue el pasado junio con su hijo, el Emir, en la final masculina del Roland Garros del pasado junio
Moza bint Nasser, nacida en Al Khor en 1959, se ganó a pulso ese título de "la mujer favorita del Emir" y que fuera su descendencia (y no la de la primera esposa del Emir) la que tomara las riendas del país, ya que demostró tener buen olfato para la política, los negocios y las relaciones, una tríada que en algunas ocasiones y con algunas estructuras de Estado van juntas. La eterna jequesa -como la llaman para diferenciarla de su nuera, que es la primera dama actual- curiosamente desciende de una familia que se opuso a la familia reinante, vivió en el exilio y regresó para cambiar su historia al casarse en 1977 con Hamad bin Jalifa Al Thani, Emir hasta el año 2013, cuando abdicó a favor de su hijo.
Graduada en Sociología por la Universidad de Catar, comenzó a ganar presencia internacional en los años noventa, cuando participó activamente en la reforma social y educativa del país. A ella también se le atribuyen el rumbo que han tomado las inversiones de la familia real catarí, considerada entre las tres más ricas del mundo, haciendo negocios que han resultado muy lucrativos como la adquisición de marcas de alta costura o lujosas propiedades históricas europeas. Entre una cosa y la otra, en cuestión de dos décadas, su nombre estaba entre las mujeres más poderosas a nivel internacional. De hecho ha sido descrita en ocasiones como “la matriarca del Catar moderno” o “el rostro ilustrado de un régimen conservador”.
Como suele ocurrir siempre que hay un relevo generacional, la llegada de su hijo a la jefatura del Estado hizo que ella diera un paso atrás para no restarle visibilidad a su nuera, la jequesa Jawaher Bint Hamad Bin Suhaim Thani, que en el año 2022 fue recibida junto a su marido por los reyes Felipe y Letizia en una visita de Estado que tuvo gran relevancia por los acuerdos que se trataban entre los dos países.
Ese paso atrás de la "eterna jequesa" no significó ni mucho menos una retirada. Moza bint Nasser descargó su agenda de determinados actos institucionales, pero siguió siendo una autoridad, para su familia y para el país, además de una anfitriona y una cara visible en actos deportivos, relacionados con el mundo de la moda y, sobre todo, con todo lo que tenga que ver la Fundación Qatarí para la Educación, la Ciencia y el Desarrollo de la Comunidad, de la que es presidenta. Además, promueve iniciativas globales en educación, especialmente en zonas afectadas por conflictos que no duda condenar desde sus redes sociales. Ha desarrollado varios programas para la Unesco y, aunque oficialmente su cargo no político, su presencia en eventos internacionales y su cercanía con líderes mundiales la convierten en una embajadora informal fuera de su país.