Macron nombra como nuevo primer ministro francés al titular de Defensa Sébastien Lecornu

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Emmanuel Macron tardó apenas unas horas en llenar el vacío de poder creado por la dimisión del centrista François Bayrou, y lo hizo jugando dentro de su "zona de confort" y nombrando como primer ministro al 'mactronista' Sébastien Lecornu, de 39 años, que había desempeñado el cargo de ministro de Defensa desde el 2022 y había sobrevivido a sucesivas crisis de Gobierno.
La decisión final de Macron creó malestar en las filas del Partido Socialista, donde cundió la esperanza de un giro a la izquierda moderada del presidente de la República para ensanchar su frágil coalición de Gobierno de centro-derecha. Lecornu, fugado en su día de las filas de Los Republicanos al partido macronista La República en Marcha (refundado como Renacimiento), ha ganado peso político por su papel ante la guerra de Ucrania y encaja en cualquier caso en el perfil de un primer ministro moderado, "no presidenciable" y con talante negociador que buscaba Macron.
Su primer gran reto será renegociar con el conjunto de las fuerzas políticas el presupuesto de austeridad que forzó la caída de François Bayrou, con 43.800 en recortes sociales y la supresión de dos días de fiesta. Lecornu se enfrenta de entrada a la amenaza de mociones de censura tanto por la extrema derecha como por la extrema izquierda, y su supervivencia puede depender en última instancia tanto de los votos del bloque centrista como del Partido Socialista.
El relevo en el palacete de Matignon se produjo poco después de que el ministro de Interior y líder de Los Republicanos, Bruno Retailleau, advirtiera que Francia corre el riesgo de un "desbordamiento" si no se llena rápidamente el vacío político. Retailleau ordenó el despliegue de 80.000 policías para hacer frente a las protestas convocadas para el 10 de septiembre bajo. Retailleau advirtió que se han detectado hasta 600 posibles acciones de bloqueo de las infraestructuras básicas del país.
Miles de personas celebraron el martes la dimisión del primer ministro con pancartas de "Bye, bye, Bayrou" ante los ayuntamientos de las principales ciudades francesas, como anticipo de las protestas convocadas por el movimiento "Bloquons Tout" que aspira a replicar las acciones de los "chalecos amarillos".
El ministro de Interior acusó directamente al líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélechon, de instigar "un clima de insurrección" y "soplar sobre las brasas de la exasperación y la cólera de los franceses" por respaldar las protestas que pueden desencadenar una oleada de violencia el miércoles.
Tras aceptar la renuncia de François Bayrou horas después de perder la moción de confianza, Emmanuel Macron tardó poco en despejar la niebla de los aspirantes, entre los que despuntaban ya de entrada el propio Sébastien Lecornu y el titular de Justicia, Gérald Darmanin (fundador de Populistas y próximo a Los Republicanos). En las últimas horas sonaron también los nombres de dos mujeres: la veterana Catherine Vautrin, actual ministra de Trabajo y Sanidad, y presidenta 'macronista' de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, que tuvo un papel relevante durante la votación de la moción de confianza de Bayrou.
También por el flanco derecho fue ganando terreno el nombre de Xavier Bertrand, vinculado también a Los Republicanos y con experiencia en los gobiernos de Dominique Villepin y de François Fillon. Por la izquierda emergió a última hora el nombre de Bernard Cazeneuve, fugaz primer ministro durante tres meses entre el 2016 y el 2017 en el ocaso de la Presidencia de François Hollande. Cazeneuve abandonó de hecho el Partido Socialista en el 2022 por su acercamiento a la Francia Insumisa y lanzó su propio movimiento de inzquierda moderada, bautizado como La Convención.
Un total de 86 diputados, la mayoría de La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, presentaron entre tanto el martes una moción de destitución como presidente de la República de Emmanuel Macron. En la exposición de motivos, los diputados acusa a Macron de "actuar como un autócrata", "amenazar a la República" y "violar la Constitución en varios aspectos".
Aunque el 'impeachment' del presidente (invocando el artículo 68 de la Constitución) puede ponerse en marcha con el respaldo de una décima parte de la Asamblea Nacional, la iniciativa debería pasar por numerosas fases, puede ser rechazada por la mesa de la Asamblea si no cumple los requisitos y tiene pocos visos de prosperar.