Trump intensifica la presión naval contra Maduro con el despliegue de seis buques de guerra en el Caribe

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Estados Unidos y Venezuela se encuentran inmersas en una auténtica guerra fría después de que el Gobierno de Donald Trump haya enviado a aguas internacionales del Caribe, frente a las costas del país sudamericano, seis buques de guerra, entre los que se incluyen tres destructores con misiles guiados de la clase Arleigh Burke, armados con sistemas de combate Aegis con más de 90 misiles, incluidos tierra-aire.
Está previsto que este jueves lleguen el buque de asalto anfibio USS Iwo Jima, el de transporte anfibio USS San Antonio y el buque de desembarco USS Fort Lauderdale, que transportan 4.500 efectivos militares, así como la Unidad Expedicionaria de Marines número 22, con 2.200 infantes de marina. Se trata de la operación militar estadounidense con mayor envergadura desde la invasión a Panamá en 1989 para derrocar la dictadura de Manuel Noriega.
Washington ya ha publicado un vídeo para informar que el Grupo Anfibio de Despliegue Inmediato Iwo Jima de la marina norteamericana ya se encuentra cerca de Curazao, camino al límite marítimo de Venezuela, en el Caribe Sur, en el marco del objetivo de Trump de combatir a los cárteles de droga latinoamericanos.
No obstante, el régimen de Nicolás Maduro, tachado de "narcoterrorista" por Estados Unidos, considera este despliegue como una amenaza a su continuidad, por lo que su ministro de Defensa, Vladimir Padrino, ha anunciado que patrullará con drones, infantería de Marina y buques de la Armada sus aguas territoriales en el noroeste del país en respuesta a los buques estadounidenses que ya partieron del puerto de Norfolk, Virginia.
"Patrullas navales en el lago de Maracaibo, patrullas navales en el golfo de Venezuela y buques de mayor porte más arriba al norte en nuestras aguas territoriales", avanzó el ministro, después de que el régimen de Maduro informara de la movilización de 15.000 efectivos en 851 de los 2.219 kilómetros que comparte con la frontera de Colombia para realizar operaciones antidrogas. Este despliegue se suma al llamamiento para incorporar a 4,5 millones de reservistas a la Milicia Nacional Bolivariana, con el fin de hacer frente a cualquier amenaza.
Por su parte, el propio primer ministro de la isla caribeña de Curazao, Gilmar Pisas, ha anunciado que los tres destructores desplegados por Estados Unidos (USS Sampson, USS Gravely y USS Jason Dunham) comenzarán a llegar este jueves a las costas situadas frente a Venezuela.
El Pentágono mantiene la incógnita de cuáles serán las funciones de estos buques de guerra, si bien Trump firmó el mes pasado una orden ejecutiva que autoriza al Departamento de Defensa de Estados Unidos a utilizar recursos de las fuerzas armadas para combatir a los cárteles de droga catalogados como "terroristas", como la pandilla salvadoreña Mara Salvatrucha y los venezolanos Tren de Aragua o el Cartel de los Soles, con el que relaciona a Maduro y a su ministro de Interior, Diosdado Cabello, a quienes acusa de ser sus líderes.
Concretamente, Washington ha enviado varios aviones de vigilancia P-8, conocidos como Poseidón, diseñados para reconocimiento, vigilancia y guerra antisubmarina. Asimismo, trasladará al Caribe el submarino nuclear USS Newport News, con capacidad para lanzar misiles de largo alcance y operar en misiones de inteligencia y disuasión. La operación militar también se verá reforzada con el USS Lake Erie, un crucero de misiles guiados, de modo que está previsto que ambas embarcaciones lleguen a la región a comienzos de la próxima semana.
Buques con misiles Tomahawk
En cuanto a los tres destructores, se trata de buques que pertenecen a la clase Arleigh Burke, lanzada en 1991, que dispone de misiles guiados, entre ellos los Tomahawk para atacar objetivos en tierra, y está dotada del sistema de defensa aérea Aegis, de última tecnología en la Marina estadounidense. Todas ellos tienen como misión cargar, transportar y desembarcar tropas junto a su equipo.
Respecto a los buques anfibio, el más grande es el Iwo Jima, similar a un portaviones mediano, con una capacidad para transportar unos 1.000 soldados, además de su tripulación de 1.200. También puede operar 30 aeronaves, incluyendo helicópteros y aviones de aterrizaje y despegue vertical, como los Harrier.
Mientras, el USS San Antonio es un buque diseñado para el desembarco de tropas y equipo mediante lanchas y aeronaves, y el USS Fort Lauderdale aporta capacidades adicionales de transporte y apoyo logístico. De acuerdo al Departamento de Defensa de EEUU, el objetivo del grupo anfibio es "llevar a cabo operaciones de presencia y embarcar de manera segura a los marines en tierra para llevar a cabo una amplia variedad de misiones de contingencia".
En cuanto a los buques de guerra USS Jason Dunham, USS Gravely y USS Sampson, son destructores de la clase DDG 51 con misiles guiados de la clase Arleigh Burke, armados con sistemas de combate Aegis. Concretamente, pueden realizar combates antiaéreos y antisubmarinos, así como derribar misiles balísticos, y cada uno puede llevar una tripulación de más de 300 marineros, a una velocidad máxima de 55 kilómetros por hora. Todo un despliegue militar que asusta al régimen de Maduro, cuyo ejército se encuentra en clara inferioridad ante un hipotético conflicto armado entre ambos países.