El riesgo mortal de ser los ojos del mundo en la Franja de Gaza

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El 27 de agosto Israel lanzó un doble ataque aéreo contra el mayor hospital del sur de Gaza, golpeando el servicio de urgencias, la sala de hospitalización y una de las unidades quirúrgicas del centro. Veinte personas murieron en el ataque, la mayoría en el segundo bombardeo, que impactó el piso superior del centro sanitario cuando rescatistas y periodistas estaban en el lugar. El director del hospital, Saber al Asmar, relató el "miedo y el horror en los rostros de los pacientes" que se encontraban en el centro, "donde se supone que deberían contar con protección internacional". El objetivo del ataque, según el ejército israelí, fue "una cámara de Hamas", una acusación por la que no aportó pruebas, pero que refleja una tendencia al alza, en la que los periodistas se han convertido en objetivo militar.
Los periodistas locales conocen mejor el terreno, la gente y sus historias. Aparte de informar sobre la tragedia de Gaza, también la viven. En casi dos años de guerra, han muerto más reporteros que en cualquier otro conflicto en la historia moderna. Desde octubre de 2023, 233 periodistas han muerto en ataques israelíes, según la Federación Internacional de Periodistas (IFJ), mientras que las autoridades gazatíes elevan la cifra a 246. "Ningún conflicto en la historia moderna ha causado un mayor número de periodistas asesinados que el genocidio israelí contra los palestinos en la Franja de Gaza", denuncia Amnistía Internacional. La cifra dobla el número de informantes muertos en los 13 años de guerra en Siria y triplica los fallecidos en las dos guerras mundiales.
El chaleco antibalas con el parche de "prensa" ha pasado de ser un símbolo de protección internacional a ser un objetivo de los ataques israelíes. Esta persecución supone un gran lastre a nivel personal, ya que muchos son aislados por sus propios familiares, que temen ser objetivo de los bombardeos. Abdallah Miqdad, corresponsal para la emisora Al Arabi TV, cree que la percepción de la prensa entre los gazatíes empeoró a principios de año, cuando el ejército israelí mató a la esposa, dos hijos y un nieto del periodista de Al Jazeera, Wael Al Dahdouh. "Especialmente después de que la familia de Dahdouh fuera asesinada, la gente empezó a creer que un periodista podría ser atacado en cualquier momento", señala Miqdad en declaraciones al periódico árabe The National. "Salgan de este lugar para que no nos bombardeen y les bombardeen a ustedes", le dijo un vecino a otro periodista, en declaraciones al mismo periódico. Al Dahdouh consiguió ser evacuado de la Franja de Gaza a causa de las crecientes amenazas contra su persona. Muchos otros periodistas no han podido salir del enclave y se encuentran cada vez más aislados, informando con dificultad y sufriendo como miles de gazatíes el hambre, la pérdida del hogar y de familiares próximos.
Tienda de campaña
"Nunca imaginé que un día viviría y trabajaría en una tienda de campaña, privado de las necesidades humanas más básicas, incluso de agua y un baño", describe Ahed Farwana, del Sindicato de Periodistas Palestinos de Gaza. "Cuando trabajas dentro de una tienda de campaña, nunca sabes qué puede pasar. Tu tienda o sus alrededores podrían ser bombardeados, ¿Qué haces entonces?", describe Farwana en un relato en primera persona para la BBC.
Ante la falta de lugares seguros para poder trabajar, muchos periodistas se han visto "desplazados a hospitales locales, donde es más fácil acceder a una fuente de energía", señala uno de los últimos informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sobre el estado de los centros sanitarios. "Llevamos dos años en guerra, sin electricidad ni internet, así que los periodistas palestinos utilizan estos servicios en los hospitales para seguir informando", señaló en un artículo Hind Khoudary, reportera de Al Jazeera en Gaza. "Desde los hospitales podemos seguir las noticias sobre heridos y casos de desnutrición. Sin embargo, los periodistas se refugian en los hospitales y éstos acaban siendo atacados", añadió.
Ante la prohibición israelí de permitir el acceso a la prensa internacional a la franja de Gaza, los periodistas gazatíes son el rostro de la cobertura de esta guerra, una ventana que nos muestra los ataques y hambruna que padece el enclave. Esta persecución contra los reporteros es un "hecho insólito destinado a apuntalar el apagón informativo en la Franja", denuncia el Comité para la Protección de los Periodistas. Por ello, este periódico se suma a la iniciativa de Reporteros Sin Fronteras (RSF) y la organización civil Avaaz para exigir "el fin de los ataques selectivos contra periodistas de Gaza por parte del ejército israelí", una "masacre", que califican de "sistemática y deliberada".